viernes, 15 de mayo de 2009

Un soldado atropellado en el Líbano denuncia que lo dejan en la estacada

Carlos Navas Albújar ingresó en el ejército por vocación. Le ilusionaba servir a su patria y no dudó en enrolarse en el Ejército de Tierra: primero en Badajoz y luego en Cádiz. Pero el tiempo ha pasado y aquel 'flechazo' juvenil ha desaparecido para transformarse en amargura y decepción. «Me he quedado cojo para toda la vida por un accidente que sufrí cuando estaba en el Líbano y encima no me lo reconocen. ¿Qué voy a hacer ahora», se pregunta estos días.
Nacido en Medina de las Torres hace 23 años, Navas entendió a en 2007 que su vocación era el ejército. Primero estuvo en la Brigada Acorazada número 12 de Madrid y luego en Los Barrios (Cádiz). «Trabajando allí salieron plazas para el Líbano y a mí me eligieron porque tenía dos carnés de camión. En realidad, no fui voluntario».
Ese viaje le permitió ampliar su sueldo de forma temporal, pasando de los casi 1.000 euros mensuales que ganaba en España a los 3.100 que percibió mientras estaba en la misión internacional. «Eso no es dinero si se compara con el sufrimiento que vimos y el peligro constante que corríamos».
Aún así, no fue ésa su mayor desgracia, sino el accidente que sufrió al quedar atrapada su rodilla entre un camión cisterna y una pared. «Estábamos rellenando de combustible el generador que suministraba electricidad al campamento y el compañero que conducía no se percató de que yo estaba allí».
Evitó quedar totalmente atrapado de milagro, pero su pierna quedó afectada y fue trasladado a España en un avión de carga. Ya aquí, su seguro médico militar (Adeslas) se hizo cargo de las dos operaciones de rodilla que necesitó, practicadas en Madrid. «No quedé bien y deberían haberme intervenido este 21 de abril por tercera vez, pero al ir a Zafra a hacerme las pruebas de anestesia me dijeron que la tarjeta médica había caducado porque me había dado de baja el ISFAS (Instituto Social de las Fuerzas Armadas)».
Esa decisión del ISFAS provocó que su seguro médico militar fuese dado de baja: ya no volvería a ser atendido por los médicos que seguían su caso salvo que pagara los servicios. «Teniendo un accidente en acto de servicio me dan de baja y me dicen que me busque la vida en la Seguridad Social. ¿Hay derecho a eso?».
Lesión leve
Traducido a cifras, el Ejército le reconoce una incapacidad del 14% que lleva aparejada una indemnización económica, pero no una pensión vitalicia. «Yo también he pasado por el Cadex (Centro de Atención a la Discapacidad en Extremadura) y me han reconocido un 65% de minusvalía: el 30% por la pierna y el 35 por las secuelas psicológicas».
Con esta segunda valoración, Carlos Navas recibiría un trato completamente distinto, pero el joven denuncia que el Ejército se ha cerrado en banda, por lo que sólo tendrá la opción de hacer valer sus derechos si recurre a la vía judicial. «Me han aconsejado que recurra a la justicia civil, porque en la militar nunca me darían la razón.
HOY se puso en contacto el miércoles con el Ministerio de Defensa para conocer su versión, pero no ha recibido respuesta.

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